Se dice que el higo es la fruta cultivada más antigua. En 2006 se encontraron figuras en el Valle del Jordán, que se estiman hasta la fecha entre los años 9400 y 9200 a.C. Los carpinteros (arqueólogos de semillas y de semillas) consideran que el higo fue domesticado en el Cercano Oriente al mismo tiempo que el arroz en Asia, mil años antes que el trigo y la cebada.

No es de extrañar, pues, que la Biblia esté llena de referencias a la higuera («Habitarán cada uno bajo su vid y bajo su higuera…») y que la higuera se considere el emblema de la cuenca del Mediterráneo.

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Cual es la historia de esta fruta

En Roma, Rómulo y Remo fueron descubiertos por la loba bajo una higuera. Plinio el Viejo ya enumeró unas treinta variedades diferentes de higos en el primer siglo. Más tarde, La Quintinie, el famoso jardinero de Luis XIV, plantó más de 700 higueras en el huerto del Palacio de Versalles, siendo el Rey Sol un gran amante de esta fruta.

Hay más de 700 variedades de higos, varias docenas de las cuales se cultivan en Francia («Bourjassotte noire», véase el cuadro siguiente, «Dauphine» o «Boule d’or», «Noire de Caromb»…). Con una producción estimada de 3.000 toneladas (el 75% de las cuales son de laca), Francia es el cuarto productor europeo de higos, después de España, Italia y Grecia. Turquía domina la producción mundial (más de 260.000 toneladas).

En la antigua Grecia, el higo se recomendaba a los atletas, y Platón lo consideraba el «alimento de los atletas por excelencia».

El «Bursa Black» es la principal variedad que se cultiva en Turquía para el mercado fresco. Un higo negro de gran tamaño y carne refrescante, proviene de las regiones de Bursa e Içel (región de Mármara, noroeste de Anatolia). Se comercializa desde mediados de julio hasta octubre. Ciertamente son los Phocaeans los que introdujeron el higo en Francia. En la Edad Media, la región de Marsella asegura la mayor parte de la producción francesa. La cultura se desarrolla realmente en Francia en el siglo XIX y se concentra rápidamente en la región de Solliès.

El higo es una fruta con muchas virtudes: abundante fibra, alto contenido en calcio y bajo en azúcar, carne suave y refrescante. «Este es uno de los raros frutos, que puedo ver, de los que podemos comer casi cualquier cosa: la cáscara, la pulpa y la semilla juntas contribuyen a nuestro disfrute», escribió el poeta Francis Ponge.

Además se ha descubierto que en aquella época, ya se hacía uso de fertilizantes para mejorar la producción de cultivos.